lunes, 25 de agosto de 2008

JUSTINIANO MINAYA SOSA

JUSTINIANO MINAYA SOSA

Juntastes tu verbo,
con la sangre y el acero.

Imprimistes a tu voz,
el aliento de los miles.
Incorporastes obreros
y campesinos,
y a la causa del estudiante
le enseñastes el coraje
de tu clase.

Uniste las aguas
de tu lucha,
con el torrente de las multitudes.

Crecistes, entre las
letras de los puños,
te lavaste la cara
con el sudor de la miseria
y recogistes cada lágrima
del pueblo, con tu
propios ojos.

Saliste de las faldas
de la Cordillerra Negra
vomitando las entrañas
de la opresión.

Organizaste el color de la bandera
que tu piés callosos
y vencidos recorrieron
los tiempos de la lucha.

Tres veces te envenenaron
y tres veces resucitaste
entre los ojos de tu cordillera,
y tus manos duras como la nieve
siguieron sembrando
las flores rojas de tu nacimiento.

En la soledad verde
del Callejón de Huaylas
se perdieron tus pasos
para renacer nuevamente
con tu figura augusta y gallarda
recogiendo los gritos
entonando los cantos
levantando la miseria
juntando los harapos.

Tocaste las puertas
de tus hermanos
que escucharon
tu verbo organizador,
y en el mate de la yerba buena
y de la coca se cicatrizaron
todas tus heridas.

Justiniano, hijo de la cordillera
hermano del mineral
compañero eterno del Huascarán.

Cada pueblo, conoció tu nombre
cada cosecha, bebió de tu sangre
y tus pasos, con el polvo de los años
repartieron el pan.

Sembraste en cada surco
la semilla de la rebelión
secaste con tu bandera
la sangre derramada.

Tu sombra perseguida
pronunció la palabra del partido

Floreció tu piedra
en el dolor humano de la mesa.

La alforja en tus espaldas,
conoció el dolor
de tus pulmones.

Justiniano, compañero sincero
de la crítica,
hermano profundo
de la autocrítica,
cosistes tus pantalones,
con la aguja de la humildad
con los hilos de la noche
amarrastes la soberbia.

Justiniano, hermano y camarada
tu fuistes con tus cabellos lacios
y tu rostro cetrino
a juntar la conciencia de tu pueblo,
amontonar la rebeldia,
a juntar las letras de la justicia,
a hilvanar las oraciones de la lucha.

Justiniano
tu escribiste una página,
tras otra página
varias páginas
bordadas de sufrimiento
de llanto y de dolor
pero tambien de alegria
y de esperanza.


Dónde tus piés pisaron
broto el agua y la luz,
donde tu mano recibió
un plato de comida
se alzaron las palabras,
se abrieron los corazones
las voces nacieron
en medio de la tierra,
desafiando los ultrajes.

Tú letra clandestina
viajó junto con el cansancio
de los huesos.

Caminamos a repartir las tareas
con el rumor del río.
Caminamos juntos bajo la lluvia
y sobre la tierra dormiamos
sobre una piedra.


El Ichu de la puna
con los copos de su nieve
escondió tus pisadas.

Tus ojos bebieron las letras
amarillas de los libros.

Cada letra era un golpe
en las orillas de tu saber.

Justiniano, hermano del libro
compañero de las letras
deletreaste cada rama del saber
con las oraciones de sus hojas.

Tu sed de conocer el mundo
y de cambiarlo,
abrió las páginas de tu vida.

La oración de tus palabras
cincelaron el acero de los cantos.

Recorriste cada asamblea campesina
y tocaste el corazón de los humildes.

Diste nacimiento
a los reclamos colectivos,
repartiste las ideas cada noche
y en cada vela,
enseñaste a escribir la letra
roja de la bandera,
cada niño aprendió tu nombre
en cada lluvia floreció tu verbo.

Alcanzaste la altura del árbol
juntaste con tus manos las hojas.

Separastes la paja del trigo,
y descubristes al enemigo,
una emboscada infeliz acabo contigo.

Peinamos la cabellera de la noche,
para derretirnos en el secreto
de las tinieblas. Juntar las manos
ausentes, las voces calladas,
para construir el armazón de la lucha
con el silencio de la pólvora.

En el silencio de la loza,
contamos los huesos de los muertos.

Las quejas y los sollozos
bordaron el manto de la noche.

Con la ausencia de la luna
durmieron nuestros ojos.

VAHEMA

LA PAZ, MARZO 1997

1 comentario:

Lucas Tarazona Minaya dijo...

Este hermoso poema esta dedica a mi abuelo. Quisiera comunicarme con el autor. Mi emal es lucastarazona@hotmail.com. VIvo en Chimbote.
Gracias por comunicarse