martes, 26 de agosto de 2008

AUSENCIA

AUSENCIA

ME AUSENTE PATRIA HERMOSA
EN UNA MAÑANA DE MILITARES,
CON EL ÚLTIMO INVIERNO DE
NUESTROS SUEÑOS,
Y CON EL PRIMER ABRAZO
DE NUESTRA HISTORIA.

CUANDO TUS OJOS ACARICIARON
LA PRIMAVERA DE LOS SUFRIMIENTOS.
Y CUANDO MIS HUESOS
SE BAÑARON EN LAS
LÁGRIMAS DE TU SAL.

CON MIS ROPAS HÚMEDAS
COSIDAS POR EL VIENTO
Y MOJADAS CON LAS
PRIMERAS MAÑANAS
DE NUESTRAS ALEGRIAS.

CON EL RUIDO DE TUS OLAS
ESCUCHÉ LAS TORTURAS
DE LOS DÍAS Y
EN EL FRIO DE LA PUNA
SR CONGELARON LAS
TRAICIONES.

VAHEMA

La Paz o7 abril 1997
v a h e m a

lunes, 25 de agosto de 2008

QUE LA POLVORA DESPIERTE

QUE LA POLVORA DESPIERTE

El pueblo va forjando
su propia historia,
fuego y memoria
a su paso va quedando.
Aquellos que luchando
enfrentan a la muerte,
corren la misma suerte
en horrendas prisiones,
castigo a las mansiones
que la pólvora despierte.
vahema
febrero 2006
sucre bolivia

JUSTINIANO MINAYA SOSA

JUSTINIANO MINAYA SOSA

Juntastes tu verbo,
con la sangre y el acero.

Imprimistes a tu voz,
el aliento de los miles.
Incorporastes obreros
y campesinos,
y a la causa del estudiante
le enseñastes el coraje
de tu clase.

Uniste las aguas
de tu lucha,
con el torrente de las multitudes.

Crecistes, entre las
letras de los puños,
te lavaste la cara
con el sudor de la miseria
y recogistes cada lágrima
del pueblo, con tu
propios ojos.

Saliste de las faldas
de la Cordillerra Negra
vomitando las entrañas
de la opresión.

Organizaste el color de la bandera
que tu piés callosos
y vencidos recorrieron
los tiempos de la lucha.

Tres veces te envenenaron
y tres veces resucitaste
entre los ojos de tu cordillera,
y tus manos duras como la nieve
siguieron sembrando
las flores rojas de tu nacimiento.

En la soledad verde
del Callejón de Huaylas
se perdieron tus pasos
para renacer nuevamente
con tu figura augusta y gallarda
recogiendo los gritos
entonando los cantos
levantando la miseria
juntando los harapos.

Tocaste las puertas
de tus hermanos
que escucharon
tu verbo organizador,
y en el mate de la yerba buena
y de la coca se cicatrizaron
todas tus heridas.

Justiniano, hijo de la cordillera
hermano del mineral
compañero eterno del Huascarán.

Cada pueblo, conoció tu nombre
cada cosecha, bebió de tu sangre
y tus pasos, con el polvo de los años
repartieron el pan.

Sembraste en cada surco
la semilla de la rebelión
secaste con tu bandera
la sangre derramada.

Tu sombra perseguida
pronunció la palabra del partido

Floreció tu piedra
en el dolor humano de la mesa.

La alforja en tus espaldas,
conoció el dolor
de tus pulmones.

Justiniano, compañero sincero
de la crítica,
hermano profundo
de la autocrítica,
cosistes tus pantalones,
con la aguja de la humildad
con los hilos de la noche
amarrastes la soberbia.

Justiniano, hermano y camarada
tu fuistes con tus cabellos lacios
y tu rostro cetrino
a juntar la conciencia de tu pueblo,
amontonar la rebeldia,
a juntar las letras de la justicia,
a hilvanar las oraciones de la lucha.

Justiniano
tu escribiste una página,
tras otra página
varias páginas
bordadas de sufrimiento
de llanto y de dolor
pero tambien de alegria
y de esperanza.


Dónde tus piés pisaron
broto el agua y la luz,
donde tu mano recibió
un plato de comida
se alzaron las palabras,
se abrieron los corazones
las voces nacieron
en medio de la tierra,
desafiando los ultrajes.

Tú letra clandestina
viajó junto con el cansancio
de los huesos.

Caminamos a repartir las tareas
con el rumor del río.
Caminamos juntos bajo la lluvia
y sobre la tierra dormiamos
sobre una piedra.


El Ichu de la puna
con los copos de su nieve
escondió tus pisadas.

Tus ojos bebieron las letras
amarillas de los libros.

Cada letra era un golpe
en las orillas de tu saber.

Justiniano, hermano del libro
compañero de las letras
deletreaste cada rama del saber
con las oraciones de sus hojas.

Tu sed de conocer el mundo
y de cambiarlo,
abrió las páginas de tu vida.

La oración de tus palabras
cincelaron el acero de los cantos.

Recorriste cada asamblea campesina
y tocaste el corazón de los humildes.

Diste nacimiento
a los reclamos colectivos,
repartiste las ideas cada noche
y en cada vela,
enseñaste a escribir la letra
roja de la bandera,
cada niño aprendió tu nombre
en cada lluvia floreció tu verbo.

Alcanzaste la altura del árbol
juntaste con tus manos las hojas.

Separastes la paja del trigo,
y descubristes al enemigo,
una emboscada infeliz acabo contigo.

Peinamos la cabellera de la noche,
para derretirnos en el secreto
de las tinieblas. Juntar las manos
ausentes, las voces calladas,
para construir el armazón de la lucha
con el silencio de la pólvora.

En el silencio de la loza,
contamos los huesos de los muertos.

Las quejas y los sollozos
bordaron el manto de la noche.

Con la ausencia de la luna
durmieron nuestros ojos.

VAHEMA

LA PAZ, MARZO 1997

domingo, 24 de agosto de 2008

FAUSTO ESPINOZA FARFAN


FAUSTO ESPINOZA FARFAN

Fue tu Cusco ancestral
que te dio la vida.

Tu Cusco combativo
que te vio crecer.

Tu Cusco heroico
que te guarda
en la memoria inmortal
de todos los mortales.

Adonde no habra alcanzado tu mirada
rompistes barreras y fronteras,
y tus manos inmensas solidarias
abarcaron todas las tierras.

Un dia te fuistes a la eternidad
marchastes con paso de dignidad,
y tus obras resisten al viento
alimentandose de la fragancia del tiempo.

Supistes vencer las dificultades
sacaste hermano, fuerza, coraje y valor
te alzaste orgulloso como el condor,
sobre las piedras de tu Sacsahuaman.

Te buscamos en las alturas de tu saber
entre la conciencia y la existencia,
te encontramos cultivando
la verdad de la ciencia.

Obraste recogiendo el legado
de la cultura de tu pueblo milenario,
Te levantaste como el monumento a Pachacutec
aguerrido, intrepido y visionario.

Vahema

La Paz, 01. 10 . 1996

MANUEL SCORZA

MANUEL SCORZA
Nos despedimos un verano
tu escritor consagrado
de los andes valorado.
Con el cerebro y la mano
luchastes contra el tirano
en la ECCOLE DE PARIS,
brillastes como un anis
con pensamientos mayores
poeta de los mejores
tu lira nos hace feliz.
febrero 2003
SUCRE BOLIVIA
v a h e m a

jueves, 21 de agosto de 2008

LLEGAREMOS A LA META

LLEGAREMOS A LA META

Vamos a cambiar el día
prepárate camarada,
partimos de la nada
con infinita alegría.
Fuerza de ideología
con nutrida devoción,
para cumplir la misión
es nuestra arma secreta
llegaremos a la meta
de nuestra revolución.

vahema
17 de agosto 2008
Sucre Bolivia

LA NOCHE CONTO TUS DIAS

LA NOCHE CONTÓ TUS DIAS

De adónde tu venías
cubierta de soledad,
de vientos y de lluvias
vestida de humildad.
La noche contó tus dias
en las horas de tus ojos,
habia luz y despojos
marcados en el suelo,
eran letras de tu vuelo
en el tiempo que recojo.

vahema
Enero 2002-
Sucre Bolivia

miércoles, 20 de agosto de 2008

MANUEL SANTA MARIA

MANUEL SANTA MARIA
Encendiste el saber
entregastes magisterio
ocupaste ministerio
fue tu digno quehacer.
El Peru pudo obtener
hermosa "Exposicion"
su discurso de inauguracion
lo leyo aquel dia
Manuel Santa Maria
digna recordacion.
vahema
Noviembre 2004
Sucre Bolivia

MANUEL SANTA MARIA

MANUEL SANTA MARIA
Encendiste el saber
entregastes magisterio
ocupaste ministerio
fue tu digno quehacer.
El Peru pudo obtener
hermosa "Exposicion"
su discurso de inauguracion
lo leyo aquel dia
Manuel Santa Maria
digna recordacion.
vahema
Noviembre 2004
Sucre Bolivia

martes, 19 de agosto de 2008

POL POT EN MI RECUERDO

EL MUNDO, UN DÍA

http://mjoh.blogspot.com/

Name: Manuel Jesús Orbegozo
Location: Peru
Primero, recorrió todo su país en plan informativo, y luego casi todo el mundo con el mismo afán. Por lo menos, muchos de los grandes sucesos mundiales de los últimos 30 años del siglo XX (guerras, epidemias, citas cumbres, desastres, olimpiadas deportivas, etc.) fueron cubiertos por este hombre de prensa emprendedor, humanista, bajo de cuerpo pero alto de espíritu, silencioso, de vuelo rasante, como un alcatraz antes que de alturas, como un águila, por considerar que la soberbia es negativa para el espíritu humano. Trabajó en La Crónica y Expreso, y más de 30 años en el diario El Comercio como Jefe de Redacción, luego fue Director del diario oficial El Peruano y como profesor de periodismo de la Univesidad Nacional Mayor de San Marcos lo sigue siendo aún después de 30 años seguidos. Esta es un apretada síntesis de la vida de un periodista que, regularmente escribirá en este, su weblog.

Sunday, August 17, 2008

POL POT EN MI RECUERDO

Fui el último periodista que conversó con él El conocido filósofo argentino, Mario Bunge, me preguntó si recordaba la impresión que me había causado Pol Pot. Yo le dije que sí, pero que ninguna en particular. Le recordé que cuando conversamos en su palacio de Pnom Penh, la mañana estaba despejada; él más bien, estaba atormentado. Pol Pot me pareció un campesino rico o un pequeño burgués kampucheano, no un genocida. No tenía señas de serlo. Sonreía muy levemente mientras conversaba o mejor dicho , no sonreía. Se obstinaba en referirse a Vietnam y clamaba porque lo apoyaran todos los países del mundo; la invasiòn vietnamita era inminente. Eso lo preocupaba y no mis preguntas sobre si era genocida como lo llaman en Occidente, o de cuántas muertes se hacía responsable. Tuvo tiempo para recibirme cuando los insurrectos internos lo tenian arrinconado. Todo andaba revuelto en el país. Una movida más y !jaque mate!. Un día, el embajador Ok Sakun, -que era mi guía gentil-, cuando ibamos en jeep a los escenarios de la guerra, me informó que la noche de mi llegada habían asesinado al periodista Malcolm Caldwell, un viejecito inglés autor de un desesperado libro sobre Cambodia. Horas antes, con él y su esposa y dos periodistas canadienses más, habíamos visto una película filmada por cineastas japoneses sobre la conquista de Pnom Penh de manos norteamericanas, por los Khmer Rouge; toda una epopeya. La cita fue el 30 de diciembre de 1978 y no ob stante el tiempo transcurrido- el rostro de Pol Pot es uno de los pocos que no se han descolorido en mi memoria. Lo tengo registrado perfectamente como en una computadora. No le falta nada: sus ojos oblicuos y su nariz asiática, el óvalo de su cara y sus cabellos hirsutos; recuerdo su tono de voz y su brilloso uniforme verde oscuro con casaca «Mao» cerrada hasta el cuello. No tengo ningún hilo que me lleve a una madeja de esquizofrenia. Pol Pot no hablaba, como Hitler, a tragantadas, ni me causaba el temor que nos causa ver a aquel nazista aún en las películas. No tenía esa «mosca» hitleriana ni esos bigotazos stalinianos; más bien era lampiño y sobre sus pómulos se reflejaba la luz como sobre dos monedas opacas. Me aseguró que en toda revolución caen muchos partisanos. Me habló de Napoleón para decirme que Vietnam hacía muy mal en invadir su país porque los invasores siempre tienen mal fin. Aceptó que muchos soldados murieron en la contienda. Ya Mao había dicho que una revolución no es un five o‘clok tea. Pero, dijo que tenía la conciencia tranquila. Estaba esperando la llegada de Kurt Walheim, Secretario General de la ONU de entonces, quien le había prometido quedarse un mes en Kampuchea para constatar el número de muertos y de paso, revisarle su conciencia. Pero, yo considero imposible penetrar en la conciencia de nadie menos en unas dos horas que es lo que yo estuve con Pol Pot. No podía ajocharlo a preguntas sobre los crimenes que le imputaban porque habría sido inútil, él tenía los cinco sentidos puestos en la invasiòn vietnamita. Me contestaba indiferente, como un monje budista más que como un guerrero khmer. Cuando me leyó el parte donde le informaban sobre las últimas escaramuzas de guerra, lo hizo sombríamente; el traductor me alcanzó el contenido en inglés, pero, entonces, vi que una nube nefasta le opacó los ojos; parpadeó apurado. Parecía que veía a los invasores entrando por la puerta del palacio donde conversábamos. Entonces, ordenó que dispusieran mi viaje en el primer avión que saliese a China. Me entregó dos jarrones de laca y una tarjeta de visita. En el sobre escribió mi nombre en francés y «& madam». «Ustedes serán mis invitados cuando triunfemos sobre los vietnamitas como lo hemos hecho sobre los norteamericanos» me dijo mientras me apretaba la mano en la despedida. Su suerte estaba echada. Veinticuatro horas después, 130 mil soldados vietnamitas, 14 divisiones de tanques apoyados por aviones MIG-19, al mejor estilo nazi, invadían Kampuchea para quedarse allí diez años. Pol Pot huyó a las fronteras con Tailandia. Años más tarde, cuando yo regresaba de Filipinas después de ver triunfar a Corazòn Aquino, me decidí ir hasta Kao-I-dang, una aldea perdida en los bordes tailandeses; allí estaba Pol Pot. Fue una odisea. Con un joven médico malasio llegamos clandestinamente hasta los bordes de esa mísera aldea que ni siquiera figura en los mapas; pero una cerca de alambres con superpuas nos impideron visitar a Pol Pot. En un mercado popular, el malasio y yo almorzamos culebras en un puesto de comida de mala muerte y a mí me atacó un cólico biliar que casi me mata. En Bangkok estuve cuatro dias hospitalizado, pero nunca me pesó haber intentado hablar con el considerado mayor genocida de este siglo, despúes de Hitler. El profesor Bunge me dijo, como un consuelo, que Pol Pot no fue genocida sino asesino. Yo le pregunté por qué y el me dio una respuesta escolástica. El caso puede ser que Pol Pot no sea sino un asesino más de los tantos que registra la historia humana, aunque no como Asursanirpal II, por ejemplo, que en Asiria, les cortaba la cabeza a sus enemigos solamente para formar pirámides con cuyas puntas pretendía tocar el cielo. Como fui el último periodista que habló con Pol Pot, éste es un personaje inolvidable para mí. Lo recordé el día en que murió despreciado, enfermo, maldecido, con su cuerpo y su alma en la mayor miseria humana, y pensé en que nadie sabrá si se fue al cielo o al infierno, porque los designios de Dios, de Alá, de Buda o de cualquier otro dios idealizado por el hombre sobre nuestro destino final todavía siguen siendo un misterio.

lunes, 18 de agosto de 2008

SOLEMNE HUASCARAN

SOLEMNE HUASCARAN

Solemne Huascarán
blanco es tu vivir,
tu corazón hace sufrir
a los muertos que se van.
De tu nieve bajarán
LLanganuco tu laguna,
de azul viste tu luna
donde descansa el mundo
son almas de vagabundo
que conservan tu fortuna.--
vahema
febrero 2004
Sucre Bolivia

sábado, 16 de agosto de 2008

TU VALOR ATESORO

TU VALOR ATESORO

Cuando te volví a ver
el árbol estaba doblado,
el puquial secado
no tenía donde beber.
apareció el saber
entre páginas escondidas,
fueron hojas perdidas
que tu valor atesoró
fué la tierra que lloró
y nos devolvió las vidas.
vahema
noviembre 2001
Sucre Bolivia--

viernes, 15 de agosto de 2008

CON CULTURA Y ACERO

CON CULTURA Y ACERO

Esa Albania querida
en tu libertad te ame
tierra roja que písé
aprendí nueva vida.
En el dolor de mi herida
el Socialismo vivió
ese pueblo me nutrio
con cultura y acero
esa patria que quiero
en su corazón me abrigó.

vahema
noviembre 2001

Sucre Bolivia
-- vahema

jueves, 14 de agosto de 2008

SIMBOLO DE REVOLUCION


SIMBOLO DE REVOLUCION

Dejastes la vida terrenal
sin tu deseo cumplido
tu esperanza ha vivido
con tu entrega total.
Fuistes lider universal
bandera de liberación
palestino de acción
luchador consecuente
el mundo te siente
simbolo de revolución.

vahema

12 noviewmbre 2004
sucre bolivia

LA HERMOSURA ES MUJER

LA HERMOSURA ES MUJER
La belleza te vió nacer
Lima te bañó en sus brazos
Octubre cultivó tus pasos
la hermosura es mujer.
Guerrillera tiene que ser
proletaria o campesina
tu beldad la asesina
un tirano explotador
con lucha y amor
nuestra historia camina.
vahema
marzo 2000
Potosi bolivia

miércoles, 13 de agosto de 2008

LUCHA REYES

LUCHA REYES

En tu 'Ultima canción'
criolla y limeña
'Tu voz', tu voz es dueña
de bella interpretación.
Hay severa aflicción
por tu muerte en Octubre
llanto limeño te cubre
como una 'Rosa Roja'
Lucha Reyes se deshoja
y el Perú te descubre.
VAHEMA

JULIO 2003

SUCRE BOLIVIA.
DE LAS RIBERAS DEL CONDEBAMBA

En las calles de Namora
buenas tardes de Linares
ocultando los pesares
nuestra vida se enamora
ella trajo la aurora
de las riberas del Condebamba
con su vestido de Cajabamba
tibias aguas del Crisnejas
de mi recuerdo no se aleja
claras noches de Tayabamba.
vahema

Setiembre 2000
Sucre Bolivia.

ARCHIVOS DE HISTORIA

ARCHIVOS DE HISTORIA
Una voz de acusación
inicio la cacería,
agentes de la tiranía
desataron la represión
expertos en esta misión
fueron tras de mis lazos
sin poder cortar mis brazos
busqué en mi memoria
archivos de historia
que guiaran mis pasos.
vahema
Enero 2002
Sucre Bolivia

martes, 12 de agosto de 2008

VIVIENDO EN SU CORAZÓN



VIVIENDO EN SU CORAZON

Al no poder encontrarme
carcel a mi familia
puestos de vigilia
para tratar de capturarme
las masas pudieron darme
clandestina proteccion
viviendo en su corazón
cruzé la frontera
deje mi amada tierra
hasta otra ocasión.

vahema
enero 2002
Sucre Bolivia

viernes, 8 de agosto de 2008

LAGUNA DE PACA

LAGUNA DE PACA

Hermosa laguna de Paca
de luminosos colores
cuna de tantos cantores
que el Juilahuila destaca
De tu tierra se saca
después que se barbecha,
una linda cosecha
grano dulce de maíz
Jauja te sueño feliz
desde tu margen derecha.

vahema
Enero 2002
Sucre Boliviav a h e m a

jueves, 7 de agosto de 2008

EN UN NUEVO AMANECER

EN UN NUEVO AMANECER
EN UN NUEVO AMANECER
Sentimiento humano
que va creando la vida
es una hoja nacida
que acaricia la mano
en un sueño temprano.
Prosigue la existencia
y modela la conciencia
en un nuevo amanecer
la materia al rehacer
eleva tu presencia.
vahema
agosto 2004
sucre boliviav a h e m a

miércoles, 6 de agosto de 2008

EL SILENCIO DEL INVIERNO

EL SILENCIO DEL INVIERNO
Las banderas de Octubre
recibieron al Otoño
como un sueño encarpetado
en los años.
Y la pólvora le puso
el silencio al invierno.
Las manos de los guerrilleros
contaron las hojas cosidas
por las velas.
Mayo abrió los linotipòs del mundo
cuando las ánforas
se quebraron
en el silencio de la cordillera,
y el voto de la rebelión
se apoderó de los sueños.
Las aguas crecieron
en los rios,
la nieve copó las cordilleras,
el secreto de las voces
tocaron sus campanas
y la sombra del metal perseguido
hundió sus ojos
en las raíces de la tierra,
sedienta de libertad.
2004- L.P.

martes, 5 de agosto de 2008

EL RECINTO DE LA IDEA

EL RECINTO DE LA IDEA

Generoso es el trabajo
la materia lo forma
el hombre la transforma
en frutos desde abajo
la energía nos trajo
el recinto de la idea
la palabra se apea
en una página blanca
la vida no se arranca
ella vive en mi poema.

vahema
22 febrero 2004v a h e m a

LA GANANCIA NO TIENE FRENO

LA GANANCIA NO TIENE FRENO

Desde niño fuí vendedor
de libros y de otro
mas el viejo potro
siempre fue deudor.
Era el amo explotador
de nuestras energías
se consumía nuestros días
en llenar bolsillo ajeno
la ganancia no tiene freno
busquemos la alegría.

vahema

21 de agosto 2004

Sucre bolivia

lunes, 4 de agosto de 2008

CON EL TEMPLE DE TIRANA

CON EL TEMPLE DE TIRANA

Llegué a tu corazón
y cantó la libertad
un monumento a la verdad
que sacude a la razón.
Se desplomó la opresión
con el temple de Tirana
tu doctrina hermana
es la luz de la historia
con pasos de victoria
que la lucha engalana.
vahema
2 de agosto 2008
sucre bolivia.

domingo, 3 de agosto de 2008

EL PARTIDO CONSTRUYO

EL PARTIDO CONSTRUYO

EL Partido construyó
una nueva sociedad,
con la única verdad
al pueblo lo instruyó.
El enemigo pronto huyó
como un cobarde agresor,
nuestro temple y valor
demostrado en el combate
es ejemplo delirante
de la lucha y del furor.

vahema
25 de julio
Sucre Bolivia.
v a h e m a

AL PERU MI CORAZON

AL PERU MI CORAZÓN
El pisco es mi nación
la uva mi bandera,
el vino mi marinera
el Lando mi canción
al Perú mi corazón.
Aguardiente de caña
quiere negra de Zaña
con guitarra bien templada
a las cinco de madrugada
baila negra baila mañana.
VAHEMA
DICIEMBRE 2001
SUCRE BOLIVIA

viernes, 1 de agosto de 2008

ROSITA ARELLANO

RELATO DE Mr. GATO

Rosita Arellano
Era de figura menuda, apenas si sobrepasaba el metro cincuenta, delgada sin llegar a la exageración, de rostro cuasi infantil y voz cantarina, casi siempre alegre. “Hola, pata, cómo te trata la vida, ¿va bene?”, solía ser su manera de saludar, dándote un besito en la mejilla –cuando en Lima todavía no se había establecido esa costumbre- y estrechándote fuertemente contra su cuerpo, desprovisto de cualquier ondulación pectoral. Y se mandaba sus parrafadas sobre la actividad cultural en Lima, sobre los estrenos teatrales, sobre las películas que había visto y que comentaba con entusiasmo, Bertolucci y Antonioni especialmente, lo que estaba haciendo en la parroquia de su barrio, en Balconcillo o Santa Catalina, no recuerdo bien, allí en La Victoria, donde vivía. San Marcos era para ella un lugar de socialización más que de estudio, porque pocas veces se le veía ingresar a un aula de clases, y nunca supimos en qué Facultad estudiaba, Letras, Educación o Derecho, porque de hecho, y no sé porqué, nos cuidamos siempre de no tocar el tema. Para ella la cuestión era opinar, comunicarse, hablar, cafecito de por medio, con la Flaca, conmigo, de la Escuela Nacional de Arte Dramático, la Ensad, de los montajes de Luis Alvarez y Ricardo Blume, tan distantes el uno del otro, de las corrientes del teatro del absurdo, que no llegaba a entender del todo y que sin embargo le parecían fascinantes, te dejan en babia, pero son realmente alucinantes, Flaca, y la enseñanza de teatro a los chicos de su barrio, apelando al método Stanislavski, aunque te parezca mentira, pata, y da resultados.
Se desaparecía semanas y nadie sabía nada de ella, hasta que de pronto sentías una palmada en la espalda y era ella, toda llena de vida y contándote sus últimas actividades, cada vez más vinculadas con los niños y jóvenes, que son un tesoro siempre sorprendente, pata, una maravilla que te reconcilia con la vida, compañero, que te hace saber que eres útil y que la gente te aprecia, me dicen Rosita, como si fuera de su edad, imagínate. Hasta que la Flaca viajó y yo enrumbé a Derecho, y ya nunca más nos vimos. Su recuerdo volvió cuando se publicitó lo de su hermano Guido, sindicado como uno de los líderes del MRTA, Guido el Zombi, el que proclamaba la necesidad del inicio de la lucha armada, ya, ya, ahora, porque las condiciones objetivas ya están dadas, sin generar en nosotros la convicción de que alguna vez haría algo a tono con lo que preconizaba. Pero lo hizo.
Hurgando en los libros publicados por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación hay varias alusiones a ella, con nombre equivocado, aunque parecido, pero, por lo que se dice, uno llega a la conclusión de que se trata de ella. Ricardo Uceda también la menciona en su libro “Muerte en el Pentagonito”, en la edición que circuló inicialmente para sus amigos, como una de las torturadas en los calabozos del SIN, pero ya en la edición oficial desaparece toda referencia a ella, tal vez porque no la consideró muy relevante, tal vez porque llegó a la conclusión de que no fue torturada de manera tan espeluznante como otras, Mariela Barreto, por ejemplo, cuyo infausto fin -descuartizada, quemada- conmovió al país. Sin embargo, atando cabos, se llega a establecer el derrotero de su vida, no tan trágico como el que deslizó su hermano, aunque sí muy triste.
Un viernes, hace poco nomás, fui con mi sobrino Manuel a tomar unos tragos al Bar Queirolo, el del jirón Camaná, en pleno centro de Lima, pero no había mesa libre, de manera que decidimos hacer un poco de tiempo charlando, esperando, hasta que nos percatamos de que en una de las mesas, cerca de la entrada, estaba un caballero solo, como en plena meditación, casi ausente del ambiente, fumando pausadamente un cigarrillo y dando cuenta de una Inca Kola. “¿Podemos compartir su mesa, señor”, le preguntó el Manu con extrema cortesía, y el caballero asintió, en tono igualmente cortés, “Por supuesto, termino esta gaseosa y me retiro”. Pero no se retiró, porque –también de puro corteses- iniciamos una conversación y luego de que a una pregunta suya le confesamos que algo habíamos escrito él dijo que también tenía esa afición, que era su profesión en realidad porque él era un periodista investigador, más investigador que periodista, precisó. “He trabajado en la Unidad de Investigación del diario La República, cuando su director era Gustavo Mohme, el papá, hasta que Chicho, el hijo, me botó, porque a este pendejo sólo le interesa el billete, no la verdad, y toda investigación que colisione con sus intereses la manda al tacho. Fui el primero en publicar algo acerca de los crímenes de La Cantuta y Barrios Altos”, recalcó, con un cierto orgullo en su expresión.
-Eso fue a mediados de los noventa, cuando Fujimori era todopoderoso, y me costó bien caro el atrevimiento, porque ahí que salió mi libro, en plena presentación, llegaron los esbirros del Chino, que estaban camuflados entre el público, escucharon las intervenciones de los panelistas y esperaron pacientemente hasta el final. Me arrestaron muy cortésmente, de manera tan disimulada que ninguno de mis amigos se dio cuenta, me llevaron a no sé donde, porque me vendaron los ojos. Estuve preso varios días, en los que me hicieron un montón de preguntas, que cómo había tenido acceso a la información que incluí en mi libro, que si tenía vinculación con tal o cual persona, y como vieron que mis fuentes eran los propios documentos que ellos manejaban, cómo chucha llegaron a su poder, se preguntaban; bueno, optaron por dejarme en libertad, no sin antes darme una buena cantidad de golpes, una paliza que me dejó molido por varios días, pero cuidándose de que los golpes no dejen huella.
-Pero el libro no tuvo mucha circulación, porque no fue mencionado ni siquiera por La República o Caretas, que en esa época se atrevían a publicar informes adversos al gobierno.
-Bueno, simplemente no se atrevieron, o no creyeron en lo que yo decía en mi libro, que ahora ha quedado absolutamente confirmado, y por eso va a salir una segunda edición de tres mil ejemplares. He agregado, además, algunas historias, otros casos, la verdad sobre Mariela Barreto, Leonor La Rosa y otra chica que fue torturada terriblemente, que logró escapar y ahora sobrevive, según me han dicho, en un callejón de La Victoria. La hermana de Guido Arellano, el cerebro del MRTA.
-Esa historia me interesa, ¿qué es de esa chica? ¿Se trata de Rosita Arellano?
-Sí, precisamente de ella. Su historia es bien triste. No te la puedo contar porque ahorita ando medio apurado, pero déjame tu dirección o tu correo electrónico y te envío el documento, una suerte de monólogo, que ella misma preparó para mí, hace varios años, para incorporarlo en mi nuevo libro, que no sé cuándo saldrá porque hasta ahora no encuentro apoyo financiero.
Rosa, o Rosita, como quieran, mi nombre es Rosa Arellano y ahora tengo cincuenta años. Soy limeña, y hasta donde recuerdo todo el tiempo viví en Balconcillo, La Victoria, cerca de la Unidad Vecinal de Matute. Eramos cinco hermanos: yo era la mayor, me seguía mi hermano Guido, tres años menor que yo, luego Patricia, Fidel y Ernesto. A mí me pusieron Rosa por Rosa Luxemburgo, y a los últimos, Fidel y Ernesto, ya supondrán por quiénes. Mi padre era profesor de Filosofía de un colegio del centro de Lima, no recuerdo cuál, y mi madre se las ingeniaba para trabajar, entre parto y parto, como oficinista en una empresa que tenía su local en la avenida México, muy cerca de la casa. Teníamos una empleada en casa que se llamaba Teófila. Estuvo con nosotros como veinte años. Ahora tiene su negocio propio, un restaurantito en Huaycán, al que a veces voy a almorzar con mis amigas de Manuela Ramos. “Rosita’s” es su nombre, dice que en homenaje a mí, y vende menú de a tres soles.
Mi padre era comunista, con carnet del Partido Comunista Peruano y todo, pero mi mamá era católica apostólica y romana, católica de ir todos los domingos a misa, de comulgar poniendo cara de enorme arrepentimiento por los pecados cometidos –supongo que los encuentros nocturnos con mi papá, cuyas resonancias llegaban a veces al cuarto en el que dormíamos todos los hermanos, porque en todo lo demás era una santa-, de participar en las actividades de la parroquia y ser amiga del párroco, un buen cura que en algún momento le recomendó que se separe de mi papá, por considerarlo un ser envilecido por el veneno del comunismo; pero mi mamá no le hizo caso y prefirió seguir siendo envenenada por el recalcitrante comunista que era mi papá; se querían mucho, Chola le decía él y Negro le decía ella, se choleaban y negreaban con muchísimo cariño, se acariciaban, se mandaban besitos volados, y parecía que se tenían ganas todo el tiempo, es que ambos eran bastante simpáticos, él medio zambito y ella blanquiñosa de buen porte, pero bajita, casi como yo, en cambio él era bastante alto, yo lo veía enorme. La verdad es que mi papá para mí siempre fue un hombre bueno, que nunca nos metió sus ideas en la cabeza y más bien dejó que mamá nos hiciera prácticamente convivir con los acólitos de la parroquia. Tal vez por eso yo desde chiquita –es un decir, porque me quedé chiquita para toda la vida- quise ser monja y así lo decía siempre en el colegio, por eso mis amigas me decían Sor Chiqui. Pero cuando entré a la adolescencia –que me vino tardíamente- me entró la rebeldía, comencé a leer los libros de mi papá y me di cuenta de que mi hermano Guido ya los había leído todos, aunque no sé si los entendió porque sólo tenía catorce o quince años, pero ya preconizaba su identificación con el marxismo leninismo, y a mi mamá, para su escándalo, le decía que la religión era el opio del pueblo. Si eso era así, entonces mi mamá y yo éramos drogadictas, pensaba yo.
Cuando terminé la Secundaria postulé a San Marcos, para seguir Educación, quería ser profesora, siguiendo el ejemplo de mi padre, pero no ingresé. Entonces decidí asistir a clases en calidad de alumna libre, o sea que iba a la Facultad de Letras, entraba a las clases, tomaba notas y me hice de un montón de amigos, que creían que yo era una alumna regular. La ciudad universitaria era mi ambiente, y andaba por allí desde las ocho de la mañana hasta las nueve o diez de la noche. Bueno, para no hacerla larga, lo cierto es que, ya cuando había trajinado dos o tres años en la universidad, ingresó mi hermano Guido a Letras, él sí con todas las de la ley, y él, con su tallaza y su marcado liderazgo, aunque la verdad era medio mudo, sólo hablaba lo preciso, pero con una energía que atemorizaba, se unió de inmediato a los grupos más radicales, que en esa época se identificaban con el llamado Pensamiento Mao Tse Tung; pero después se metió con otros grupos más radicales aún, los que propiciaban ya el inicio de la lucha armada, así que, no sé en qué momento, terminó siendo uno de los líderes de un grupo político llamado Movimiento Revolucionario Túpac Amaru o MRTA, que se hizo fuerte a partir de 1985, cuando Alan García asumió la presidencia de la República.
Yo sabía la clase de actos que cometía el MRTA (asaltar bancos, matar policías y militares), y alguna vez discutimos fuertemente con Guido, reprochándole yo su militancia en un grupo al que los diarios llamaban terrorista, poniéndolo en el mismo nivel que Sendero Luminoso. Yo sabía de sus actividades, pero confiaba en que en algún momento se iba a dar cuenta de su error; pero no, persistió en lo mismo y hasta me convenció de que colabore con él preparando a los chicos del partido –jovencitos reclutados en la universidad- en los temas que yo manejaba: teatro, expresión corporal y esas cosas, porque yo había estudiado en la Ensad a fines de los sesenta. Estuve en ese plan como un año, hasta llegamos a montar una obra en varias fábricas y teatros comunales; estaba yo contenta de colaborar con los jóvenes, aunque no me pagaban un solo cobre, pero verlos actuando con una seriedad de profesionales, representando a Brecht, a Sebastián Salazar, a Ionesco, era el mejor pago que podía recibir. No me di cuenta de que ya era objeto de la vigilancia y el seguimiento de los agentes del gobierno, quienes me creían una activista del MRTA, la Profe Chiqui me decían. Me apresaron varias veces en la época del gobierno de García, pero eran entradas y salidas de la carceleta del Palacio de Justicia que no dejaron mucha huella en mí, me volví una caserita, ¿De nuevo por acá, Rosita?, me preguntaban entre cariñosos y burlones, hasta que, ya en el noventa y uno, con el nuevo gobierno, el de Fujimori-Montesinos, todo cambió: como ya tenía un detallado currículum de emerretista, me detuvieron y me encerraron durante varios meses, no recuerdo cuántos, en la cárcel uno pierde la noción del tiempo, me torturaron, me violaron una y otra vez, hasta que para mí eso se convirtió en una rutina que soportaba casi con indiferencia, me convirtieron en un estropajo humano, hicieron que perdiera mi dignidad, el respeto por mí misma. Yo, porque siempre fui una izquierdista cucufata, una chiquita cariñosa, todo el tiempo era asediada por los patas, pero sólo en condición de amigos; les gustaba mi vivacidad, mi dinamismo, mi entusiasmo por las novedades, decían; parece que una como asexualidad fluía de mí, y tal vez por eso nadie, ninguno de los que salía conmigo me propuso nunca nada, de modo que cuando esos miserables me vejaron yo era una mujer madura, tenía ya como cuarenta años, pero no había tenido ninguna experiencia sexual, y tampoco la buscaba ni la necesitaba, pero esos desgraciados, los carceleros de Montesinos, me arruinaron la vida; como no pudieron sacarme nada, porque yo realmente no sabía nada del MRTA, a pesar de ser hermana de uno de sus lideres, me torturaron, me hicieron cosas humillantes en mi sexo, y terminaron embarazándome. Cuando estaba en el sexto mes de gestación me liberaron, me arrojaron de una camioneta y de pronto me encontré en una calle por la Carretera Central, caí muy mal, me golpeé la barriga, me vinieron unos dolores espantosos y alguien me socorrió. Me llevaron a uno de esos hospitales de beneficencia y allí aborté. Estuve como ausente de este mundo un tiempo que ya ni recuerdo, no me acordaba dónde vivía, y estaba a expensas de la caridad de la gente que me albergó durante ese tiempo, hasta que se me aclaró todo y llegué a mi casa, pero ya no estaba ni mi mamá ni mi papá y la casa tenía otro dueño. Mis padres murieron casi al mismo tiempo, de la pura pena supongo: un hijo fugitivo, sindicado como un criminal, y una hija desaparecida, posiblemente muerta, como los estudiantes de La Cantuta. Sus corazones no pudieron resistir tanta desgracia. De mis otros hermanos no sé nada, por más que he indagado por ellos no he podido conseguir ninguna información que me permita ubicarlos. También eran comunistas, así que de repente han corrido una suerte similar a la mía. Pobrecita Patty. Era una comunista rara: católica, pero orientada a la Teología de la Liberación del Padre Gutiérrez, a quien hace poco fui a ver en plan de indagación de su paradero, pero no sabía nada. “La última vez que la vi, hace varios años, estaba acompañada por un muchacho uruguayo. Parece que pensaba radicar en Montevideo”, me dijo. De Fidel y Ernesto, Tuco y Tico les decíamos, como si la tierra se los hubiera tragado. Siempre rezo por ellos. Tan bonita que era mi familia, y ahora está desintegrada, pulverizada. ¿Qué hicimos para merecer tanta desgracia?
Ahora participo de las actividades de una organización feminista y estoy luchando fuertemente para que los crímenes cometidos por esos asesinos no queden impunes. Y no descansaré hasta que sean condenados, empezando por los siameses malditos y todos esos militarotes que ahora dicen que lo que se quiere es castigar a los que vencieron al terrorismo en el país, ¡miserables!

EN LA BRISA DE TUS PUERTOS

EN LA BRISA DE TUS PUERTOS
Tres regiones naturales
de variada fortuna,
distinguen a cada una
con melodías inmortales.
Son nevados colosales
en la brisa de tus puertos,
al calor de sus desiertos
como el beso de tu fruta
que exploran nueva ruta
con el corazón abierto.

vahema
agosto 2003
Sucre Bolivia.